La vuelta a Rusia me está confirmando que lanzarme a esta experiencia ha sido la mejor decisión de mi vida. No se trataba de ser valiente, sino de tener ganas e ilusión, aunque es inevitable tener un poco de miedo por si no sale bien. Y así, cuando salta la chispa en tu cabeza que te conduce a decir SÍ, es cuando empieza la cuenta atrás para que lleguen esos grandes momentos que merecen ser vividos. Y también que merecen ser contados. De ahí la existencia de este blog. Porque compartir es vivir.
En los últimos días han ocurrido cosas que han llamado a la puerta de este blog. En primer lugar, la visita al Museo Histórico Militar de Artillería, al lado de la Fortaleza de Pedro y Pablo y en frente del Museo Hermitage. Está entre los más famosos y populares de la ciudad. San Petersburgo, la capital cultural de Rusia, tiene más de 200 museos. Por lo tanto no voy a poder escribir de todos elllos. Anton y Katya, compañeros del curro y amigos, nos propusieron con antelación a mí y a Sandra, mi compañera española de trabajo y fiel compañera de batallas en Rusia, ir a este музей (musyéy=museo) el sábado. Nos pilló de imprevisto que ese día teníamos un seminario hasta las 15:00 para prevenir dolores de espalda por el trabajo. Pero aún así al salir fuimos para allá, que había que aprovechar el sábado.
Tanque normalito. |
Cuando llegamos disponíamos de poco más de una hora para ver todas las salas de las dos plantas. Pese a ir a toda pastilla, no dio tiempo a ver todo. Aún así, suficiente. Fotos y tonterías incluídas. No soy una persona que sienta mucho aprecio por un museo de este estilo, pero claro que es interesante. Lo que suponga aprender nuevas cosas nunca estorba. En el hay armamento militar, carros de combate y vehículos de война (vayná=guerra) que nunca había visto en mi vida. Ni siquiera en películas. Del mismo modo, como en la mayoría de museos en la ciudad, el edificio donde se alberga la colección ya constituye algo digno de ver por su valor artístico. No creo que haya en toda Europa un museo de este tipo de mayores dimensiones.
Arma militar agujereada por las balas enemigas. |
Este es un museo que a los rusos y rusas les encanta, sobre todo a los hombres. La defensa es un tema importante en la opinión pública rusa. Pero hay que conocer un poco la historia de Rusia para comprender que se trata de una cuestión cultural con mucho arraigo. Es un tema interesante para extenderse un poco más. Quizás en otro momento.
Una vez que nos apagaban las luces para que sacáramos nuestros traseros de allí, acordamos ir a pasar el resto de la tarde a mi apartamento, al que podíamos ir a pata porque está cerca del museo. No obstante, ir andando a los sitios en esta época del año en San Petersburgo me hace temer por mi integridad física. Algún día caeré redondo al suelo por el hielo. Solo es cuestión de tiempo. Por segunda vez, porque ya me pasó cuandono estuve en Moscú antes de que acabará el 2014.
Hicimos las paradas de rigor para comprar calamar seco (ummm, es droga) para picotear y algo de пиво (píva=cerveza). Tenía algo de fuet y chorizo en casa para darles a los camaradas rusos. Luego Antonio se fijó en unas latas de atún Calvo que me eché en la maleta y me pidió permiso para comerse una. A los rusos y rusas le gusta mucho probar comida extranjera. Le dije: давай! Конечно! Попробуй (Daváy! Kaniéshna! Papróbuy!= Adelante! por supuesto! Pruébalo!). Qué le iba a decir sino.
Se acabaron las cervezas y no quedaba otra que ir por algo más de beber. Estábamos animados. La pena era que Sandra nos había abondanado. Antonio y yo nos abrigamos rápidamente para ir a la tienda antes de las 22:00. A partir de esa hora está "prohibido" comprar алкоголь (alkagól=alcohol) en Rusia. Yo jamás he comprado después de esa hora.
Así pues, acordamos que nos apetecía una botella de vino. Y ya que estábamos que fuera español. Encontramos uno de La Mancha, mi tierra. Perfecto para cumplir con la dosis justa de postureo diario en Facebook (ea, uno no está siempre en Rusia) colgando una foto escribiendo: "Bebiendo vino de La Mancha en Rusia! Mi casa... Teleeeeefono!", literalmente. De la Mancha. En Rusia. Muy de cuñado ésto.
Prueba gráfica del vino de La Mancha en Rusia. |
La velada, acabó un poco más tarde de lo previsto, pero habiendo pasado un rato muy agradable contando anécdotas y hablando de un montón de cosas. Los rusos y rusas suelen tener buena conversación. Tienen buen nivel cultural y por lo general leen mucho. Ésto lo envidio. Y en cuanto te ganas su confianza, muy divertidos, abiertos, afectivos y generosos contigo. Son gente pasional y que vive cada momento intensamente.
Militares repartiendo comida y bebida caliente. |
Tiempo de lujo en San Petersburgo para un baño en el Neva. |
No pretendía contar nada más a partir de aquí, pero merece la pena escribir un poco sobre lo que me he encontrado volviendo del trabajo hoy mismo. Una de esas cosas que te encuentras de imprevisto y retrasan el regreso al hogar. Y es que Rusia tiene algunas bizarradas muy top. Paso a describir el cuadro folclórico que se abrió ante mis ojos: en los aledaños de la entrada principal de la Fortaleza de Pedro y Pablo se cocía algo en el ambiente. Concretamente comida y bebida caliente. Supongo que чай (сhay=té). Lo beben a todos horas. Estos víveres los estaba repartiendo una camioneta de militares. No sé porqué. En frente había instalado un escenario donde unas señoras con trajes regionales que estaban cantando, bailando y entreteniendo a la gente (video abajo). Muy salas' ellas. Pero lo mejor de todo estaba a la izquierda, en la orilla del río Neva. Habían instalado una especie de pequeña carpa para que quien lo deseara se diera una baño rápido en el agua congelada. Sí, en pleno invierno ruso. Esta gente está hecha de otra pasta. No era muy difícil de averiguar que se trataba por motivos religiosos. En la fotografía de arriba se puede ver la imagen del Cristo que preside el centro del espectáculo. Y también por las consignas que hacían todos los bañistas. Había una cola considerable. En fin, allá cada uno.
P.D.: Después de publicar el post he descubierto exactamente por que esta gente se estaba bañando en el agua helada del Neva. Se trata de un ritual tradicional de la celebración de la Epifanía, el día que marca el bautismo de Jesús en la Iglesia Ortodoxa. Los creyentes ortodoxos rusos creen que en este día el agua es sagrada y tiene poderes especiales. Por eso cortan agujeros con forma de cruz en el hielo de los lagos y los ríos para bañarse en el agua helada.
Los participantes se sumergen tres veces debajo del agua, en honor de la Santísima Trinidad, para simbólicamente lavar sus pecados del año pasado y para experimentar la sensación de renacimiento espiritual.
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