Esta semana me he topado con una genial entrevista en el momento más oportuno, justo cuando me he decidido a iniciar este blog. Se trata de una de las magníficas entrevistas bíblicas del magazine cultural digital Jot Down (para quien no lo conozca recomiendo chequear su portal). El protagonista es Daniel Utrilla (Madrid, 1976), corresponsal en Rusia durante 10 años del diario El Mundo y que, tras abandonar el periodismo por cansancio y pérdida de ilusión, ha vuelto al país por la pasión que le tiene. Utrilla nos habla de todo con total independencia e ideas muy propias. No se deja prácticamente nada en el tintero. He hecho un resumen de la entrevista con los puntos más importantes, debido a la enorme extensión de la misma (Una lectura calmada y reflexiva puede llevar una hora, como fue mi caso). De todos modos, para quien desee leerla al completo al final del post dejo el link.
Crisis del rublo
"Desde Rusia se interpreta que hay unos factores externos que han condicionado la crisis. El exministro Mijaíl Fradkov, ahora director del Servicio de Espionaje Exterior, dijo cuando el rublo empezaba a caer que había un intento de Estados Unidos de cambiar el régimen a través de las sanciones, influyendo en el rublo y con la manipulación del precio del petróleo a través de la OPEP. Y eso lo dijo antes de que el rublo se diera la gran hostia. Yo no digo que sea verdad o mentira, pero la crisis se está interpretando en esta clave."
Economía
"El propio Putin ha reconocido que no se ha diversificado la economía, que se sigue dependiendo muchísimo del petróleo. Los hidrocarburos son un 70% de su presupuesto. Es obvio que la asignatura sigue pendiente. Rusia tiene sectores muy claros. El cosmos, ahora son los únicos que llevan astronautas a la estación espacial, la ciencia —han apostado fuerte con el centro de Innovación de Skólkovo, que pretende ser un Silicon Valley con una apuesta fuerte por la nanotecnología— y las armas, con nuevos modelos de Kalashnikov. Pero claro, si al presupuesto le rebajas de golpe el petróleo, todo se resiente. En otras áreas no veo que estén desarrollando o innovando."
El alma rusa
"Entonces luego ves la imagen que se ha creado del ruso en las películas, que se esconde como Drácula cuando le da el sol en la cara, gente con mentalidad robótica, muy seria, que no tiene sentimientos, y te das cuenta de lo equivocado que está el estereotipo. Los rusos no es que no tengan sentimientos, es que sienten más que tú. Son más sentimentales en todos los sentidos. Viven el desamor con una pasión desaforada, el «síndrome Ana Karenina», como lo llamo yo. Ves unas escenas que se producen en las relaciones… Aquí en España todo se racionaliza más, incluso las relaciones se viven de forma más calculada. Allí es todo más espontáneo. El primer rasgo que se cae cuando te metes en esa sociedad es el de que son fríos. Los rusos son volcanes con las laderas cubiertas de nieve. No tienen nada que ver con la sociedad escandinava o alemana."
Ucrania
"En cuanto a Ucrania, Rusia interpreta que allí ha habido un golpe de estado contra un presidente legítimo. Probablemente no era muy querido por el pueblo, pero hay que recordar, yo cubrí esas elecciones en 2010, que los comicios fueron los más limpios desde el fin de la URSS. Un movimiento que intentó hacer lo que el Maidan pero sin violencia. Hubo un millón de personas y ni un solo herido. Fue muy bonito.
Pero el poder naranja se hundió por las luchas internas, las pugnas entre Timoshenko y Yúshchenko. En 2010 yo le pregunté a este último si la prefería a ella o a Yanukóvich y me dijo que a Yanukóvich, que fue el que ganó. Su victoria electoral puso fin limpia y pacíficamente a un conflicto que se había originado por denuncias de pucherazo. Al menos la revolución naranja democratizó el proceso electoral forzando la repetición de los comicios. Hasta Timoshenko retiró el litigio. De modo que Yanukóvich era presidente legítimo y, ¿qué ha pasado entonces? Que se encontró con un golpe de Estado apoyado por la Unión Europea y Estados Unidos. Con el ministro alemán de Exteriores jaleando a la gente en la calle. ¿Tú te imaginas a un ministro ruso gritando abajo Rajoy aquí en el 15M?
Y luego en febrero Yanukóvich firma un pacto con la oposición, con la presencia de ministros de la UE, Estados Unidos, creo recordar que también el defensor del pueblo de Rusia, y entrega el poder. Se compromete a adelantar las elecciones y a retirar las tropas que tenía asediando a los manifestantes. Y al día siguiente, se produce el asalto a la administración presidencial, empieza la demolición del régimen y Yanukóvich escapa. En Rusia se quejan de que todo esto se ha olvidado, de que parece como que ha triunfado la democracia y ya está. Cuando toma el poder el Gobierno nacionalista llega Estados Unidos y le da la mano. ¿Qué pasa, que ya estaba todo demasiado avanzado como para dar marcha atrás?, se pregunta Moscú. Hubo policías muertos, francotiradores que a día de hoy no se sabe con quién estaban. Hubo una llamada del ministro de Exteriores de Estonia a Catherine Ashton muy alarmado diciendo que los tiradores podían ser de la oposición…
En fin, los rusos defienden esa posición, la de que hubo un golpe de Estado avalado por Estados Unidos y, desde ese momento, ese Gobierno nacionalista toma medidas polémicas como la de restringir la lengua rusa, que no respetan la compleja identidad de Ucrania, que es un Estado-Frankenstein, muy difícil de equilibrar. Yanukóvich, con todos sus defectos, sí que era un presidente que representaba un poco esa posición ambigua que se requiere a un presidente con un país tan especial y dividido, con el este rusófono y el oeste nacionalista que formó parte del Imperio austro-húngaro y de Polonia.
Y todo empezó porque rechazó firmar el Tratado con la UE. Rusia entonces decide proteger a Crimea, un territorio que ellos consideran que es históricamente ruso. Jrushchov se lo había regalado a Ucrania como quien regala un misil intercontinental. Si nos vamos por las ramas también podemos recordar que allí combatió Tolstói contra los ejércitos británico, francés y turco, que allí Nabokov cazaba mariposas de pequeño y que, de hecho, su primer trabajo entomológico, publicado en 1920, fue Mariposas de Crimea…"
Panorámica político
"Sería un problema querer interpretar en clave española su panorama político. Aquí tienes izquierda y derecha, pero allí un conservador puede tener una política social muy marcada. Putin nada más llegar al poder enterró el debate sobre la salida de la momia de Lenin de la Plaza Roja, que Yeltsin quería sacar a toda costa, y recuperó la música del himno soviético y la bandera roja del ejército. Alguien de derechas no lo haría. Él es muy poliédrico. Cuando lo entrevistamos los periodistas españoles nos explicó que tomó esa decisión sobre la momia porque aún no había llegado el momento: porque toda la gente de más de cincuenta años había tenido carné del Partido Comunista y eran nostálgicos del comunismo.
Yo le pregunté a Vladimir Lukin, defensor del pueblo, por qué había tanto nostálgico del comunismo en Rusia, mientras que en España no los había del franquismo. Y su respuesta fue muy esclarecedora: me dijo que porque muchos rusos viven peor ahora que antes, o sea, que todo es por una cuestión económica. No hay más. Aunque el Partido Comunista siga sosteniendo la antorcha del histórico PCUS, no puedes hablar de izquierdas y derechas en Rusia."
Nacionalismo
"Para el ruso no es importante solo la cuestión económica. Han sufrido mucho, pero psicológicamente dependen mucho del hecho de seguir siendo una potencia. He entrevistado a muchos veteranos de la Segunda Guerra Mundial y, la verdad, les duele profundamente que su país haya perdido ese estatus. Que, por ejemplo, la OTAN bombardeara Yugoslavia, no poder impedirlo, eso les llega al alma. A veces pienso que el hecho de que la pensión sea más alta o más pequeña, mientras les ayude la familia, no es tan importante para ellos como el prestigio del país. Económicamente, han vivido épocas mucho peores."
Putin
"Putin tiene una vena social y luego el lado patriótico muy acentuado. Tiene todos los rasgos de todos los partidos. Y también hay que entender que en Rusia la izquierda es lo retrógrado y la derecha lo progre. Putin ha montado su discurso contra los años noventa, que es la época en la que más sufrieron los rusos desde la Segunda Guerra Mundial. Es difícil sostener el concepto de democracia cuando la gente que tenía treinta años en aquella época lo pasó tan mal."
Gorbachov
"A él le identifican con la caída de un imperio al fin y al cabo; una caída que se tradujo en una etapa de penuria social y pérdida de territorios. Mientras Occidente veía en él al hombre que puso punto final a la guerra fría, allí la gente estaba haciendo colas con cupones para comprar lo elemental. Le echan en cara que la transición no fuera menos traumática. Lo meten en el mismo saco que a Yeltsin. Recuerdo que en el entierro de Yeltsin me encontré con una abuelita muy angustiada, pensaba que estaba triste, le pregunté si había ido a despedirse de él y me contestó: «No, he venido a asegurarme de que estaba muerto, y lo que me molesta es que no esté Gorbachov a su lado».
Lo de Gorbachov lo ven como si hubiera abierto la escotilla del submarino antes de llegar a la superficie, porque sufrió y murió mucha gente que no pudo adaptarse. Los rusos de más de cincuenta años tienen el alma dividida, no se pudieron adaptar a lo que vino. Quebró todo, incluido el sistema de valores, no solo un ente geopolítico, sino una manera de ver la vida. No pudieron adaptarse al capitalismo, a lo que requiere de competición, de ambición, de sálvese quien pueda. En el año 90 no había pobres en las calles de Moscú como ahora. Con Putin empezaron a mejorar las cosas y hay que valorar de dónde se viene. Veremos qué hace el siguiente."
Homofobia
"Se ha criticado mucho esta última ley que prohíbe publicitar la homosexualidad. Pero yo, sinceramente, vivo en Moscú y los círculos gais tienen sus lugares y no les persiguen con porras. Es todo muy relativo. Al final siempre hay espacios de libertad. Rusia creo que está más liberada de lo que parece en muchos aspectos. La imagen es una fachada exterior, pero el comportamiento de los rusos está más liberado que en Occidente. Aunque con el tema de la familia son más conservadores que en Occidente: las mujeres suelen querer casarse pronto y formar una familia."
Iglesia Ortodoxa en la sociedad
"No es lo mismo decir que eres ortodoxo que ser católico. La propia fundación del Estado ruso está impregnada de la religión ortodoxa; la fundación del Estado queda simbolizada en el bautismo del príncipe Vladimiro en Crimea. La religión es la otra cara del Estado, como queda demostrado por el hecho de que dentro de la muralla del Kremlin se mezclen los palacios con las catedrales iglesia. Decir «soy ortodoxo» es una especie de declaración patriótica, casi como sinónimo de ser ruso. Ser católico es más universal. La ortodoxia, de hecho, se opone frontalmente al poder del papa. Sin embargo, gran parte de la sociedad, tras el comunismo, no tiene una fe práctica aunque vayan a la iglesia. A todas las personas mayores de treinta años les han dicho en la escuela que Dios no existe. Eso es muy difícil de cambiar."
Comunismo
"Personalmente, me gusta la época de Jrushchov, el último romántico del comunismo. La época de los misiles de Cuba, de Gagarin en el espacio… Él creía en el comunismo, Breznev ya no, tuvo escándalos de corrupción en su familia y todo eso. Y me gusta Jrushchov por esa característica del pueblo ruso, esa especie de ilusión infantil en la utopía. Tenían las aceras abolladas pero fueron los primeros en lanzar sondas a Venus…
No obstante, mi reproche al comunismo es que sacrificaron la vida terrenal por la utopía. Lo de las aceras lo digo en broma pero es verdad. Una metáfora del comunismo sería para mí el Hotel Ucrania, una de las siete tartas de boda estalinistas, unos edificios neogóticos brutales, escarpados. El Hotel Ucrania es el hotel más alto de Europa. Cuando yo llegué en el año 2000 para sustituir a Julio Fuentes —que era un ogro del periodismo, me enseñó mucho pero también me asustó bastante—, estuve allí alojado. El hotel todavía era soviético por dentro. Las habitaciones eran espartanas, muy pequeñas, con manchas cuyo origen preferías no saber, muebles chirriantes, todo como muy funcional, pero incómodo. Eso sí, por fuera aquello parecía un castillo; parecía que entrabas en la ópera, en una pirámide de faraones. Pero por dentro la vida era como estar en una especie de pequeña colmena, era triste, sucia. Eso es lo que yo intuyo que fue la Unión Soviética, vivir el comunismo. Así lo creo por lo que he estudiado y por lo que me han contado.
[...] Si algo me atrae del comunismo, es el mero hecho de que se atrevieran a hacerlo. Hubo obstáculos, ya desde la propia Revolución, que nació con sangre. Y para mí una revolución que nace así, soy muy tolstoiano, ya está deslegitimada. Me acojo, como él, a la no violencia."
Los traumáticos 90
"Los noventa fueron traumáticos. Me contó la madre de un amigo mío que entró con su hijo pequeño a una tienda, que no había nada y el pequeño le dijo: «¿Mamá, quién se lo ha comido todo?». Con el comunismo, por ejemplo, en el año 89 no había mendigos en la calles. La gente vivía mal, pero vivía con algo. Yo he visto muertos de frío en las calles de Moscú, cadáveres de los sintecho que retira la Policía. Eso no pasaba con Chernenko, no pasaba con Andropov, la gente no tenía recursos, casi nada, pero tenía su casa. Ahí está el tema moral, de qué es mejor, si la libertad o que se muera la gente en las calles."
Caída de la Unión Soviética
"Nunca en la historia de la humanidad se había desmantelado una economía planificada. Gaidar, al que entrevisté poco antes de morir, dijo en su momento que los cambios iban a ser «como saltar al vacío con los ojos cerrados». Es evidente que no funcionó. Más que el comunismo, desgarró más al ruso la caída del comunismo. Por eso Gorbachov es tan odiado. La transición no es que no se hiciera bien, es que no se hizo. Están en transición todavía. Hasta hace poco el teléfono interurbano era gratuito en Moscú, eso era un remanente del comunismo. Pagabas minucias por el metro. Son precios que van aumentando, pero hay mucha gente que si no fuera por eso no podría vivir. El poscomunismo fue peor que el comunismo para muchos rusos. Ahora, también a muchos otros les fue bien y ahí estaban en el entierro de Yeltsin dándole gracias por la libertad recuperada. Al final cada uno cuenta la película según le va en la vida. Dicen también que quizá Gorbachov debería haber intentado una transición más a la China…"
Yuri Gagarin
"La noticia del despegue y aterrizaje de Gagarin coincidió en el tiempo, pues los soviéticos no se enteraron de los preparativos. Cuando aterrizó después de completar la órbita de ciento ocho minutos, se hizo público que se había producido la gesta. Gagarin nació con la venida, es como Jesucristo. Al llegar se encontró con una campesina que le preguntó si venía del espacio exterior y él le contestó: «Sí, pero no se preocupe, soy soviético». Parece una película de Berlanga. En plan: «Tranquila, en el cosmos también somos soviéticos» [risas].
Entrevisté al hombre que primero le hizo las fotos en el aeródromo de Engels. Por cierto, que cerca hay otra ciudad que se llama Marx, en la provincia de Saratov [risas]. La gente en aquella época pasaba por estrecheces económicas, todo el mundo cobraba ciento cincuenta rublos, solo había un modelo de zapatos, había listas de espera para comprar un electrodoméstico, pero la gente que vivió eso lloraba de alegría cuando me contaba lo que significó para ellos ver a Gagarin. «Es el momento más feliz de mi vida», me decían llorando. Hay que entender esa época como un periodo en el que, pese a las adversidades, la sensación de ser una superpotencia cósmica y geopolítica llenaba a la gente."
Rusia en la prensa occidental
"A la prensa occidental le vienen marcadas las pautas: Rusia es mala de entrada. Entonces es imposible no solo ya dar voz al discurso de Lavrov en la ONU, directamente se obvia. En Ucrania ha triunfado la democracia y punto, los rusos han invadido Crimea. No hay más.
A mí no es que trataran de influirme, es que todas las agencias occidentales ya estaban escribiendo la información de una determinada manera y eso se refleja en el periódico. Esas son las que más marcan la pauta porque son las que salen primero. No venía nadie a sugerirme cambios, es que la versión occidental te la estaba dando Reuters, lo había dicho el Guardian… Tú intentas dar las dos versiones en lo que envías, pero llega un momento en el que el peso de toda la información occidental tiende a vencer. Ahora con internet han cambiado las cosas, pero los rusos no pueden con el tren informativo que lleva décadas marchando de frente contra ellos."
Veteranos de la II Guerra Mundial
"Para mí fue un honor entrevistarlos. Tienes que estar horas hablando con ellos. Solo cuando te has ganado su confianza entran en los detalles humanos de la guerra. Fueron personas que perdieron a gran parte de su familia, que veían morir a sus compañeros en las batallas más terribles de la historia, Stalingrado, Kursk, el cerco de Leningrado… pero no se dan ínfulas. No transmiten la sensación del héroe, que presume de dónde ha estado, como suelen hacer algunos reporteros, ¿no? Eso de estuve en el frente, la metralla… [risas]. Estos no."
Para ver la entrevista completa pulse aquí.