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miércoles, 28 de enero de 2015

Tocando el cielo de San Petersburgo

Ayer disfruté de la magia de San Petersburgo desde una perspectiva diferente de como lo había hecho hasta ahora. Una amiga rusa me había asegurado que no me podía ir de la ciudad sin disfrutar de las vistas desde un tejado. Y allá que nos fuimos cuando salí del trabajo. Así pues no me voy a extender mucho porque está entrada va a ser más de imágenes que de palabras.

Llegamos al edifico que daba al tejado cuando ya había anochecido por completo. El sitio pasa completamente desapercibido en la Avenida Ligovskiy, adyacente a la Avenida Nevskiy, la arteria principal de la ciudad, de enorme longitud y la zona de mayor comercio, restaurantes y souvenirs de la ciudad. Se trata de un edificio con varias cafeterías y zonas de relax donde había gente alternativa y hipsters, que también los hay en Rusia, por supuesto.

En lo más alto se encuentra la joya de la corona de este lugar: el tejado. Para acceder a él hay que pagar entrada por 250 rublos (unos tres euros y medio hoy por hoy al cambio), aunque había un cartel que avisaba que de nueve a once de la mañana es бесплатно (biesplátna =gratis). A priori puede parecer un poco caro, pero luego comprobé que merece la pena totalmente.

Ahí arriba hacía un frío de narices,  pero nada más asomarme ahí me quite los guantes para hacer fotos inmediatamente. Tenía delante de mí unas vistas desde arriba impresionantes. El tejado está perfectamente acondicionado con distintas plataformas construidas para disfrutar de las panorámicas desde todos los lados. Hay también unas mesas para tomar té o lo que quieras y charlar tranquilamente, pero el tiempo obviamente no lo permitía. Esto lo dejo pendiente para cuando llegue el verano. Y si algún día viene a San Petersburgo alguien que léa ésto o está viviendo en la ciudad, que me pregunte que yo le indico sin problema. Es muy recomendable. 

En fin, no puede ser lo mismo que estar allí, vivir y ver todo ésto con tus propios ojos, pero estas son las fotos que me dejo este estupendo rato:



















domingo, 25 de enero de 2015

El ruso y el origen del alfabeto cirílico

En la entrada de hoy vamos a conocer un poco de las peculiaridades del idioma ruso y también de dónde viene su alfabeto, el cirílico. El ruso es la primera lengua para 150 millones de personas y la segunda para 120 millones de personas en todo el mundo.

No voy a engañar a nadie: se trata de una lengua que entraña bastantes dificultades lograr hablarla con cierta soltura. Para estar cerca ya de cuatro meses en Rusia estoy bastante contento con lo que he aprendido hasta ahora, pero aún estoy en ello. Es una lengua muy rica en sonidos. No obstante, sin pasar una temporada aquí haciendo oído cada día y con la obligación de chapurrear lo que sepas (hay bastantes personas que cero patatero de inglés) creo que es una tarea muy exigente. Aunque personalmente encuentro fascinante meterse en este berenjenal. Aunque según una investigación de la Universidad de Vermont sea una de las lenguas más tristes (?), aprender y estudiar ruso es un gran reto que me ha enganchado.

Si se le pregunta a cualquier persona qué es lo que piensa que puede ser lo más complicado de aprender ruso seguramente diría que el alfabeto ruso, también conocido como cirílico. Pues no es así. En unas pocas horas cualquiera puede asimilarlo y poder leer ruso de aquella manera. Pero al llegar aquí me encontré con que había dos maneras de escribir este idioma: las letras impresas y las manuscritas. Gran parte de las letras no tienen nada que ver de una forma a la otra. Se compone de 33 letras (el cirílico antiguo constaba de 43), 21 consonantes, 11 vocales y dos letras sin sonidos -el signo suave y el signo fuerte-.


Alfabeto cirílico impreso. 

La verdadera dificultad está en la gramática: hay seis casos gramaticales (nominativo, acusativo, genitivo, dativo, instrumental y preposicional) tanto para los sustantivos como los adjetivos y pronombres que puedan acompañarlo, que pueden ser de género masculino, femenino o neutro, cada uno con sus distintas terminaciones. Sinceramente, no sé si me dará tiempo a dominarlos todos antes de irme. La parte buena es que si solo usas el nominativo, el que se utiliza cuando el sustantivo es el sujeto de la oración, te entienden aunque sea incorrecto. Podría ser peor, porque en el finlandés leí que hay quince. Qué pesadilla.

Otra de las dichosas dificultades del ruso es la carencia de tildes. Cómo no las hay si no conoces la palabra lo más normal es que la acentúes como te venga en gana o por cuestión de azar aciertes. A decir verdad, el ruso es tan melódico (a mi modo de ver los rusos tienen una manera de hablar muy teatral y expresiva) que cuando te acostumbras a hablarlo sueles acertar por intuición donde se acentúan las nuevas palabras o expresiones que lees o estudias.

La mayor ventaja que encuentro en este idioma es la siguiente: la estructura de las oraciones es totalmente libre. Da igual en que orden pongas las distintas partes de la oración. Ellos lo hacen así y te van a entender perfectamente. Eso sí, para no hacerse un lío, creo que lo mejor es seguir el orden al que estamos acostumbrados: sujeto + verbo+predicado.

El aspecto sin duda más divertido del ruso para un hispanohablante es averiguar que el ruso carece de artículos y de verbo "estar" en presente. En cuanto a lo primero, por eso los rusos y otras personas del este que viven en España y no hablan todavía bien castellano no los usan. Esto también suele pasar en las películas dobladas con los personajes de procedencia rusa. Respecto a lo segundo no sé por qué se permiten esa licencia. A veces lo sustituyen por un guión. Por ejemplo, si quisiéramos decir "Yo soy voluntario" en ruso sería así: "Я волонтёр" о "Я - волонтёр" (Уa valantior).

Origen


El primer antecedente del alfabeto cirílico data del siglo IX d.c. cuando a dos hermanos monjes bizantinos, Cyril y Methodius, les fue encomendado por el emperador cristianizar las tribus paganas del Este de Europa. Para llevar a cabo tal misión, los dos hermanos tenían que traducir la Biblia al eslavo. Esta tarea era muy complicada porque por aquel tiempo los eslavos no tenían ninguna lengua escrita, y el dialecto eslavo que hablaban contenía muchos sonidos extraños desconocidos en ninguna otra lengua.

Uno de los hermanos, Cyril, tuvo una ingeniosa idea: crear el alfabeto eslavo a partir de una mezcla de palabras y sonidos del griego, hebreo y latín antiguo. Esto fue una inteligente solución, porque basándose en diferentes lenguas el alfabeto cirílico contenía prácticamente cada sonido necesario para la correcta pronunciación del ruso.

En honor de la brillante ocurrencia de Cyril (y al pobre Methodius ni agua), el alfabeto llegó a ser conocido como "alfabeto cirílico". Ahora es usado por más de 70 lenguajes, desde las lenguas eslavas del Este de Europa (ruso, ucraniano, bielorruso, búlgaro, serbio y macedonio) hasta las lenguas del centro de Asia (idiomas de Turkmenistán, Uzbekistán, Kazajstán y Kirguistán).

jueves, 22 de enero de 2015

Entrevista con mi amigo José Alfaro

Cuando llevaba en San Petersburgo alrededor de un mes y medio mi amigo José Alfaro, con el que he tenido la suerte de compartir piso tres años en mi etapa universitaria, me realizó una entrevista sobre mi experiencia en Rusia y en mi proyecto de EVS. Me lo había pedido con vario días de antelación. Podríamos haber alterado el orden de los factores porque los dos hemos estudiado periodismo y el ahora está en Polonia también en un proyecto de EVS, aunque el producto hubiera sido muy distinto. No soy el único al que ha entrevistado. Tiene un par de entrevistas más que seguro que merece la pena escuchar pulsando aquí (cosa que yo debería haber hecho). Espero que siga con ello.

El resultado no es que me convenza mucho porque mis respuestas podrían haber sido mucho mejores, cosa que no tengo ninguna duda que hubiera sido así si la entrevista me la hubiera realizado ahora. En ese momento todavía estaba en proceso de adaptación y se nota en mis respuestas. Las ideas todavía estaban difusas en mi cabeza. Pero volver a escuchar un trozo me ha servido para darme cuenta de la seguridad y confianza en mí mismo que he ganado posteriormente. En definitiva de lo mucho que estoy ganando con todo ésto. Lo bueno supera infinítamente a lo malo. Hoy por hoy me siento como una persona más en la ciudad, totalmente adaptado, vaya.

Sin más, ahí lo dejo:

lunes, 19 de enero de 2015

El Museo de Artillería, vino de La Mancha y bañistas en el Neva helado

La vuelta a Rusia me está confirmando que lanzarme a esta experiencia ha sido la mejor decisión de mi vida. No se trataba de ser valiente, sino de tener ganas e ilusión, aunque es inevitable tener un poco de miedo por si no sale bien. Y así, cuando salta la chispa en tu cabeza que te conduce a decir SÍ, es cuando empieza la cuenta atrás para que lleguen esos grandes momentos que merecen ser vividos. Y también que merecen ser contados. De ahí la existencia de este blog. Porque compartir es vivir.

En los últimos días han ocurrido cosas que han llamado a la puerta de este blog. En primer lugar, la visita al Museo Histórico Militar de Artillería, al lado de la Fortaleza de Pedro y Pablo y en frente del Museo Hermitage. Está entre los más famosos y populares de la ciudad. San Petersburgo, la capital cultural de Rusia, tiene más de 200 museos. Por lo tanto no voy a poder escribir de todos elllos. Anton y Katya, compañeros del curro y amigos, nos propusieron con antelación a mí y a Sandra, mi compañera española de trabajo y fiel compañera de batallas en Rusia, ir a este музей (musyéy=museo) el sábado. Nos pilló de imprevisto que ese día teníamos un seminario hasta las 15:00  para prevenir dolores de espalda por el trabajo. Pero aún así al salir fuimos para allá, que había que aprovechar el sábado.

Tanque normalito.

Cuando llegamos disponíamos de poco más de una hora para ver todas las salas de las dos plantas. Pese a ir a toda pastilla, no dio tiempo a ver todo. Aún así, suficiente. Fotos y tonterías incluídas. No soy una persona que sienta mucho aprecio por un museo de este estilo, pero claro que es interesante. Lo que suponga aprender nuevas cosas nunca estorba. En el hay armamento militar, carros de combate y vehículos de война (vayná=guerra) que nunca había visto en mi vida. Ni siquiera en películas. Del mismo modo, como en la mayoría de museos en la ciudad, el edificio donde se alberga la colección ya constituye algo digno de ver por su valor artístico. No creo que haya en toda Europa un museo de este tipo de mayores dimensiones.

Arma militar agujereada por las balas enemigas.

Este es un museo que a los rusos y rusas les encanta, sobre todo a los hombres. La defensa es un tema importante en la opinión pública rusa. Pero hay que conocer un poco la historia de Rusia para comprender que se trata de una cuestión cultural con mucho arraigo. Es un tema interesante para extenderse un poco más. Quizás en otro momento.

Una vez que nos apagaban las luces para que sacáramos nuestros traseros de allí, acordamos ir a pasar el resto de la tarde a mi apartamento, al que podíamos ir a pata porque está cerca del museo. No obstante, ir andando a los sitios en esta época del año en San Petersburgo me hace temer por mi integridad física. Algún día caeré redondo al suelo por el hielo. Solo es cuestión de tiempo. Por segunda vez, porque ya me pasó cuandono estuve en Moscú antes de que acabará el 2014.

Hicimos las paradas de rigor para comprar calamar seco (ummm, es droga) para picotear y algo de пиво (píva=cerveza). Tenía algo de fuet y chorizo en casa para darles a los camaradas rusos. Luego Antonio se fijó en unas latas de atún Calvo que me eché en la maleta y me pidió permiso para comerse una. A los rusos y rusas le gusta mucho probar comida extranjera. Le dije: давай! Конечно! Попробуй (Daváy! Kaniéshna!  Papróbuy!= Adelante! por supuesto! Pruébalo!). Qué  le iba a decir sino.

Se acabaron las cervezas y no quedaba otra que ir por algo más de beber. Estábamos animados. La pena era que Sandra nos había abondanado. Antonio y yo nos abrigamos rápidamente para ir a la tienda antes de las 22:00. A partir de esa hora está "prohibido" comprar алкоголь (alkagól=alcohol) en Rusia. Yo jamás he comprado después de esa hora.

Así pues, acordamos que nos apetecía una botella de vino. Y ya que estábamos que fuera español. Encontramos uno de La Mancha, mi tierra. Perfecto para cumplir con la dosis justa de postureo diario en Facebook (ea, uno no está siempre en Rusia) colgando una foto escribiendo: "Bebiendo vino de La Mancha en Rusia! Mi casa... Teleeeeefono!", literalmente. De la Mancha. En Rusia. Muy de cuñado ésto.

Prueba gráfica del vino de La Mancha en Rusia.

La  velada, acabó  un poco más tarde de lo previsto, pero habiendo pasado un rato muy agradable contando anécdotas y hablando de un montón de cosas. Los rusos y rusas suelen tener buena conversación. Tienen buen nivel cultural y por lo general leen mucho. Ésto lo envidio. Y en cuanto te ganas su confianza, muy divertidos, abiertos, afectivos y generosos contigo. Son gente pasional y que vive cada momento intensamente.


Militares repartiendo comida y bebida caliente.

Tiempo de lujo en San Petersburgo para un baño en el Neva.

No pretendía contar nada más a partir de aquí, pero merece la pena escribir un poco sobre lo que me he encontrado volviendo del trabajo hoy mismo. Una de esas cosas que te encuentras de imprevisto y retrasan el regreso al hogar. Y es que Rusia tiene algunas bizarradas muy top. Paso a describir el cuadro folclórico que se abrió ante mis ojos: en los aledaños de la entrada principal de la Fortaleza de Pedro y Pablo se cocía algo en el ambiente. Concretamente comida y bebida caliente. Supongo que чай (сhay=té). Lo beben a todos horas. Estos víveres los estaba repartiendo una camioneta de militares. No sé porqué. En frente había instalado un escenario donde unas señoras con trajes regionales que estaban cantando, bailando y entreteniendo a la gente (video abajo). Muy salas' ellas. Pero lo mejor de todo estaba a la izquierda, en la orilla del río Neva. Habían instalado una especie de pequeña carpa para que quien lo deseara se diera una baño rápido en el agua congelada. Sí, en pleno invierno ruso. Esta gente está hecha de otra pasta. No era muy difícil de averiguar que se trataba por motivos religiosos. En la fotografía de arriba se puede ver la imagen del Cristo que preside el centro del espectáculo. Y también por las consignas que hacían todos los bañistas. Había una cola considerable. En fin, allá cada uno.







P.D.: Después de publicar el post he descubierto exactamente por que esta gente se estaba bañando en el agua helada del Neva. Se trata de un ritual tradicional de la celebración de la Epifanía, el día que marca el bautismo de Jesús en la Iglesia Ortodoxa. Los creyentes ortodoxos rusos creen que en este día el agua es sagrada y tiene poderes especiales. Por eso cortan agujeros con forma de cruz en el hielo de los lagos y los ríos para bañarse en el agua helada.

Los participantes se sumergen tres veces debajo del agua, en honor de la Santísima Trinidad, para simbólicamente lavar sus pecados del año pasado y para experimentar la sensación de renacimiento espiritual.

domingo, 18 de enero de 2015

Una entrevista imprescindible de la Rusia de ayer, de hoy y de siempre

Esta semana me he topado con una genial entrevista en el momento más oportuno, justo cuando me he decidido a iniciar este blog. Se trata de una de las magníficas entrevistas bíblicas del magazine cultural digital Jot Down (para quien no lo conozca recomiendo chequear su portal). El protagonista es Daniel Utrilla (Madrid, 1976), corresponsal en Rusia durante 10 años del diario El Mundo y que, tras abandonar el periodismo por cansancio y pérdida de ilusión, ha vuelto al país por la pasión que le tiene. Utrilla nos habla de todo con total independencia e ideas muy propias. No se deja prácticamente nada en el tintero. He hecho un resumen de la entrevista con los puntos más importantes, debido a la enorme extensión de la misma (Una lectura calmada y reflexiva puede llevar una hora, como fue mi caso). De todos modos, para quien desee leerla al completo al final del post dejo el link.


Crisis del rublo



"Desde Rusia se interpreta que hay unos factores externos que han condicionado la crisis. El exministro Mijaíl Fradkov, ahora director del Servicio de Espionaje Exterior, dijo cuando el rublo empezaba a caer que había un intento de Estados Unidos de cambiar el régimen a través de las sanciones, influyendo en el rublo y con la manipulación del precio del petróleo a través de la OPEP. Y eso lo dijo antes de que el rublo se diera la gran hostia. Yo no digo que sea verdad o mentira, pero la crisis se está interpretando en esta clave."


Economía 

"El propio Putin ha reconocido que no se ha diversificado la economía, que se sigue dependiendo muchísimo del petróleo. Los hidrocarburos son un 70% de su presupuesto. Es obvio que la asignatura sigue pendiente. Rusia tiene sectores muy claros. El cosmos, ahora son los únicos que llevan astronautas a la estación espacial, la ciencia —han apostado fuerte con el centro de Innovación de Skólkovo, que pretende ser un Silicon Valley con una apuesta fuerte por la nanotecnología— y las armas, con nuevos modelos de Kalashnikov. Pero claro, si al presupuesto le rebajas de golpe el petróleo, todo se resiente. En otras áreas no veo que estén desarrollando o innovando."

El alma rusa

"Entonces luego ves la imagen que se ha creado del ruso en las películas, que se esconde como Drácula cuando le da el sol en la cara, gente con mentalidad robótica, muy seria, que no tiene sentimientos, y te das cuenta de lo equivocado que está el estereotipo. Los rusos no es que no tengan sentimientos, es que sienten más que tú. Son más sentimentales en todos los sentidos. Viven el desamor con una pasión desaforada, el «síndrome Ana Karenina», como lo llamo yo. Ves unas escenas que se producen en las relaciones… Aquí en España todo se racionaliza más, incluso las relaciones se viven de forma más calculada. Allí es todo más espontáneo. El primer rasgo que se cae cuando te metes en esa sociedad es el de que son fríos. Los rusos son volcanes con las laderas cubiertas de nieve. No tienen nada que ver con la sociedad escandinava o alemana."

Ucrania

"En cuanto a Ucrania, Rusia interpreta que allí ha habido un golpe de estado contra un presidente legítimo. Probablemente no era muy querido por el pueblo, pero hay que recordar, yo cubrí esas elecciones en 2010, que los comicios fueron los más limpios desde el fin de la URSS. Un movimiento que intentó hacer lo que el Maidan pero sin violencia. Hubo un millón de personas y ni un solo herido. Fue muy bonito.
Pero el poder naranja se hundió por las luchas internas, las pugnas entre Timoshenko y Yúshchenko. En 2010 yo le pregunté a este último si la prefería a ella o a Yanukóvich y me dijo que a Yanukóvich, que fue el que ganó. Su victoria electoral puso fin limpia y pacíficamente a un conflicto que se había originado por denuncias de pucherazo. Al menos la revolución naranja democratizó el proceso electoral forzando la repetición de los comicios. Hasta Timoshenko retiró el litigio. De modo que Yanukóvich era presidente legítimo y, ¿qué ha pasado entonces? Que se encontró con un golpe de Estado apoyado por la Unión Europea y Estados Unidos. Con el ministro alemán de Exteriores jaleando a la gente en la calle. ¿Tú te imaginas a un ministro ruso gritando abajo Rajoy aquí en el 15M?
Y luego en febrero Yanukóvich firma un pacto con la oposición, con la presencia de ministros de la UE, Estados Unidos, creo recordar que también el defensor del pueblo de Rusia, y entrega el poder. Se compromete a adelantar las elecciones y a retirar las tropas que tenía asediando a los manifestantes. Y al día siguiente, se produce el asalto a la administración presidencial, empieza la demolición del régimen y Yanukóvich escapa. En Rusia se quejan de que todo esto se ha olvidado, de que parece como que ha triunfado la democracia y ya está. Cuando toma el poder el Gobierno nacionalista llega Estados Unidos y le da la mano. ¿Qué pasa, que ya estaba todo demasiado avanzado como para dar marcha atrás?, se pregunta Moscú. Hubo policías muertos, francotiradores que a día de hoy no se sabe con quién estaban. Hubo una llamada del ministro de Exteriores de Estonia a Catherine Ashton muy alarmado diciendo que los tiradores podían ser de la oposición…
En fin, los rusos defienden esa posición, la de que hubo un golpe de Estado avalado por Estados Unidos y, desde ese momento, ese Gobierno nacionalista toma medidas polémicas como la de restringir la lengua rusa, que no respetan la compleja identidad de Ucrania, que es un Estado-Frankenstein, muy difícil de equilibrar. Yanukóvich, con todos sus defectos, sí que era un presidente que representaba un poco esa posición ambigua que se requiere a un presidente con un país tan especial y dividido, con el este rusófono y el oeste nacionalista que formó parte del Imperio austro-húngaro y de Polonia.
Y todo empezó porque rechazó firmar el Tratado con la UE. Rusia entonces decide proteger a Crimea, un territorio que ellos consideran que es históricamente ruso. Jrushchov se lo había regalado a Ucrania como quien regala un misil intercontinental. Si nos vamos por las ramas también podemos recordar que allí combatió Tolstói contra los ejércitos británico, francés y turco, que allí Nabokov cazaba mariposas de pequeño y que, de hecho, su primer trabajo entomológico, publicado en 1920, fue Mariposas de Crimea…"
Panorámica político 
"Sería un problema querer interpretar en clave española su panorama político. Aquí tienes izquierda y derecha, pero allí un conservador puede tener una política social muy marcada. Putin nada más llegar al poder enterró el debate sobre la salida de la momia de Lenin de la Plaza Roja, que Yeltsin quería sacar a toda costa, y recuperó la música del himno soviético y la bandera roja del ejército. Alguien de derechas no lo haría. Él es muy poliédrico. Cuando lo entrevistamos los periodistas españoles nos explicó que tomó esa decisión sobre la momia porque aún no había llegado el momento: porque toda la gente de más de cincuenta años había tenido carné del Partido Comunista y eran nostálgicos del comunismo.
Yo le pregunté a Vladimir Lukin, defensor del pueblo, por qué había tanto nostálgico del comunismo en Rusia, mientras que en España no los había del franquismo. Y su respuesta fue muy esclarecedora: me dijo que porque muchos rusos viven peor ahora que antes, o sea, que todo es por una cuestión económica. No hay más. Aunque el Partido Comunista siga sosteniendo la antorcha del histórico PCUS, no puedes hablar de izquierdas y derechas en Rusia."
Nacionalismo
"Para el ruso no es importante solo la cuestión económica. Han sufrido mucho, pero psicológicamente dependen mucho del hecho de seguir siendo una potencia. He entrevistado a muchos veteranos de la Segunda Guerra Mundial y, la verdad, les duele profundamente que su país haya perdido ese estatus. Que, por ejemplo, la OTAN bombardeara Yugoslavia, no poder impedirlo, eso les llega al alma. A veces pienso que el hecho de que la pensión sea más alta o más pequeña, mientras les ayude la familia, no es tan importante para ellos como el prestigio del país. Económicamente, han vivido épocas mucho peores."
Putin
"Putin tiene una vena social y luego el lado patriótico muy acentuado. Tiene todos los rasgos de todos los partidos. Y también hay que entender que en Rusia la izquierda es lo retrógrado y la derecha lo progre. Putin ha montado su discurso contra los años noventa, que es la época en la que más sufrieron los rusos desde la Segunda Guerra Mundial. Es difícil sostener el concepto de democracia cuando la gente que tenía treinta años en aquella época lo pasó tan mal."
Gorbachov
"A él le identifican con la caída de un imperio al fin y al cabo; una caída que se tradujo en una etapa de penuria social y pérdida de territorios. Mientras Occidente veía en él al hombre que puso punto final a la guerra fría, allí la gente estaba haciendo colas con cupones para comprar lo elemental. Le echan en cara que la transición no fuera menos traumática. Lo meten en el mismo saco que a Yeltsin. Recuerdo que en el entierro de Yeltsin me encontré con una abuelita muy angustiada, pensaba que estaba triste, le pregunté si había ido a despedirse de él y me contestó: «No, he venido a asegurarme de que estaba muerto, y lo que me molesta es que no esté Gorbachov a su lado».
Lo de Gorbachov lo ven como si hubiera abierto la escotilla del submarino antes de llegar a la superficie, porque sufrió y murió mucha gente que no pudo adaptarse. Los rusos de más de cincuenta años tienen el alma dividida, no se pudieron adaptar a lo que vino. Quebró todo, incluido el sistema de valores, no solo un ente geopolítico, sino una manera de ver la vida. No pudieron adaptarse al capitalismo, a lo que requiere de competición, de ambición, de sálvese quien pueda. En el año 90 no había pobres en las calles de Moscú como ahora. Con Putin empezaron a mejorar las cosas y hay que valorar de dónde se viene. Veremos qué hace el siguiente."
Homofobia
"Se ha criticado mucho esta última ley que prohíbe publicitar la homosexualidad. Pero yo, sinceramente, vivo en Moscú y los círculos gais tienen sus lugares y no les persiguen con porras. Es todo muy relativo. Al final siempre hay espacios de libertad. Rusia creo que está más liberada de lo que parece en muchos aspectos. La imagen es una fachada exterior, pero el comportamiento de los rusos está más liberado que en Occidente. Aunque con el tema de la familia son más conservadores que en Occidente: las mujeres suelen querer casarse pronto y formar una familia."
Iglesia Ortodoxa en la sociedad
"No es lo mismo decir que eres ortodoxo que ser católico. La propia fundación del Estado ruso está impregnada de la religión ortodoxa; la fundación del Estado queda simbolizada en el bautismo del príncipe Vladimiro en Crimea. La religión es la otra cara del Estado, como queda demostrado por el hecho de que dentro de la muralla del Kremlin se mezclen los palacios con las catedrales iglesia. Decir «soy ortodoxo» es una especie de declaración patriótica, casi como sinónimo de ser ruso. Ser católico es más universal. La ortodoxia, de hecho, se opone frontalmente al poder del papa. Sin embargo, gran parte de la sociedad, tras el comunismo, no tiene una fe práctica aunque vayan a la iglesia. A todas las personas mayores de treinta años les han dicho en la escuela que Dios no existe. Eso es muy difícil de cambiar."
Comunismo
"Personalmente, me gusta la época de Jrushchov, el último romántico del comunismo. La época de los misiles de Cuba, de Gagarin en el espacio… Él creía en el comunismo, Breznev ya no, tuvo escándalos de corrupción en su familia y todo eso. Y me gusta Jrushchov por esa característica del pueblo ruso, esa especie de ilusión infantil en la utopía. Tenían las aceras abolladas pero fueron los primeros en lanzar sondas a Venus…
No obstante, mi reproche al comunismo es que sacrificaron la vida terrenal por la utopía. Lo de las aceras lo digo en broma pero es verdad. Una metáfora del comunismo sería para mí el Hotel Ucrania, una de las siete tartas de boda estalinistas, unos edificios neogóticos brutales, escarpados. El Hotel Ucrania es el hotel más alto de Europa. Cuando yo llegué en el año 2000 para sustituir a Julio Fuentes —que era un ogro del periodismo, me enseñó mucho pero también me asustó bastante—, estuve allí alojado. El hotel todavía era soviético por dentro. Las habitaciones eran espartanas, muy pequeñas, con manchas cuyo origen preferías no saber, muebles chirriantes, todo como muy funcional, pero incómodo. Eso sí, por fuera aquello parecía un castillo; parecía que entrabas en la ópera, en una pirámide de faraones. Pero por dentro la vida era como estar en una especie de pequeña colmena, era triste, sucia. Eso es lo que yo intuyo que fue la Unión Soviética, vivir el comunismo. Así lo creo por lo que he estudiado y por lo que me han contado.
[...] Si algo me atrae del comunismo, es el mero hecho de que se atrevieran a hacerlo. Hubo obstáculos, ya desde la propia Revolución, que nació con sangre. Y para mí una revolución que nace así, soy muy tolstoiano, ya está deslegitimada. Me acojo, como él, a la no violencia."
Los traumáticos 90
"Los noventa fueron traumáticos. Me contó la madre de un amigo mío que entró con su hijo pequeño a una tienda, que no había nada y el pequeño le dijo: «¿Mamá, quién se lo ha comido todo?». Con el comunismo, por ejemplo, en el año 89 no había mendigos en la calles. La gente vivía mal, pero vivía con algo. Yo he visto muertos de frío en las calles de Moscú, cadáveres de los sintecho que retira la Policía. Eso no pasaba con Chernenko, no pasaba con Andropov, la gente no tenía recursos, casi nada, pero tenía su casa. Ahí está el tema moral, de qué es mejor, si la libertad o que se muera la gente en las calles."
Caída de la Unión Soviética
"Nunca en la historia de la humanidad se había desmantelado una economía planificada. Gaidar, al que entrevisté poco antes de morir, dijo en su momento que los cambios iban a ser «como saltar al vacío con los ojos cerrados». Es evidente que no funcionó. Más que el comunismo, desgarró más al ruso la caída del comunismo. Por eso Gorbachov es tan odiado. La transición no es que no se hiciera bien, es que no se hizo. Están en transición todavía. Hasta hace poco el teléfono interurbano era gratuito en Moscú, eso era un remanente del comunismo. Pagabas minucias por el metro. Son precios que van aumentando, pero hay mucha gente que si no fuera por eso no podría vivir. El poscomunismo fue peor que el comunismo para muchos rusos. Ahora, también a muchos otros les fue bien y ahí estaban en el entierro de Yeltsin dándole gracias por la libertad recuperada. Al final cada uno cuenta la película según le va en la vida. Dicen también que quizá Gorbachov debería haber intentado una transición más a la China…"
Yuri Gagarin
"La noticia del despegue y aterrizaje de Gagarin coincidió en el tiempo, pues los soviéticos no se enteraron de los preparativos. Cuando aterrizó después de completar la órbita de ciento ocho minutos, se hizo público que se había producido la gesta. Gagarin nació con la venida, es como Jesucristo. Al llegar se encontró con una campesina que le preguntó si venía del espacio exterior y él le contestó: «Sí, pero no se preocupe, soy soviético». Parece una película de Berlanga. En plan: «Tranquila, en el cosmos también somos soviéticos» [risas].
Entrevisté al hombre que primero le hizo las fotos en el aeródromo de Engels. Por cierto, que cerca hay otra ciudad que se llama Marx, en la provincia de Saratov [risas]. La gente en aquella época pasaba por estrecheces económicas, todo el mundo cobraba ciento cincuenta rublos, solo había un modelo de zapatos, había listas de espera para comprar un electrodoméstico, pero la gente que vivió eso lloraba de alegría cuando me contaba lo que significó para ellos ver a Gagarin. «Es el momento más feliz de mi vida», me decían llorando. Hay que entender esa época como un periodo en el que, pese a las adversidades, la sensación de ser una superpotencia cósmica y geopolítica llenaba a la gente."
Rusia en la prensa occidental
"A la prensa occidental le vienen marcadas las pautas: Rusia es mala de entrada. Entonces es imposible no solo ya dar voz al discurso de Lavrov en la ONU, directamente se obvia. En Ucrania ha triunfado la democracia y punto, los rusos han invadido Crimea. No hay más.
A mí no es que trataran de influirme, es que todas las agencias occidentales ya estaban escribiendo la información de una determinada manera y eso se refleja en el periódico. Esas son las que más marcan la pauta porque son las que salen primero. No venía nadie a sugerirme cambios, es que la versión occidental te la estaba dando Reuters, lo había dicho el Guardian… Tú intentas dar las dos versiones en lo que envías, pero llega un momento en el que el peso de toda la información occidental tiende a vencer. Ahora con internet han cambiado las cosas, pero los rusos no pueden con el tren informativo que lleva décadas marchando de frente contra ellos."
Veteranos de la II Guerra Mundial
"Para mí fue un honor entrevistarlos. Tienes que estar horas hablando con ellos. Solo cuando te has ganado su confianza entran en los detalles humanos de la guerra. Fueron personas que perdieron a gran parte de su familia, que veían morir a sus compañeros en las batallas más terribles de la historia, Stalingrado, Kursk, el cerco de Leningrado… pero no se dan ínfulas. No transmiten la sensación del héroe, que presume de dónde ha estado, como suelen hacer algunos reporteros, ¿no? Eso de estuve en el frente, la metralla… [risas]. Estos no."
Para ver la entrevista completa pulse aquí.

jueves, 15 de enero de 2015

La Navidad más larga de mi vida

En efecto, la de este año ha sido la Navidad más larga de mi vida. Tras estar por primera vez un Moscú un fin de semana, de lo que pretendo escribir pronto, el martes 16 de diciembre regresé a España después de algo más de dos meses y medio en San Petersburgo. El visado se me agotaba al día siguiente (ay, la burocracia rusa) y tenía dos opciones: o me iba a Tallín, capital de Estonia, a obtener uno nuevo para volver a Rusia o ir a España a pasar la Navidad allí. Me encontraba más a gusto que nunca en Piter (así llaman los locales a la ciudad), pero ante la idea de que sabía que hasta septiembre no iba regresar a casa me decanté por lo segundo. Así pues, volé a Barcelona, donde al venir de Rusia me quedé asombrado por ver a gente con bufanda con unos agradables 13°, escala mediante en Zúrich (Suiza).

Previo paso por Elche (Alicante), la ciudad donde he cursado mis estudios universitarios, por fin llegué a casa, a mi pueblo, Villalgordo del Júcar (Albacete), con muchas cosas para contar y preparado para escuchar infinidad de veces cosas como: "¿Qué? ¿Hace mucho frío?", "¿Se come bien? como en España ningún sitio, ¿Eh? ", "¿Cómo son los rusos?" o (ésta es mi favorita, muy TOP) "Hombre Pablo, ¿Estás aquí?". ¿¡Pues no me ve delante de usted, señora!? Bromas a parte, estaba realmente contento por volver a ver a mi gente y con el tic adquirido en San Petersburgo de decir por favor y gracias a todas horas, costumbre no tan arraigada en España. Esto lo puede notar cualquier persona que salga del país.

Árbol de Navidad en la Plaza del Palacio (San Petersburgo).

Bien, pasé la Nochebuena con mi familia y la Nochevieja con mis amigos, lo habitual casa  año, y tras comerme el roscón de Reyes (y también hacerlos en la panadería de mis padres, que follón dan los jodidos) tocaba regresar a la madre Rusia. Otra vez salía desde Barcelona, donde tenía la oportunidad de despedirme de dos amigos de mi año de Sicue en Málaga que se iban a ganarse la vida a Inglaterra (Hola, Rubén y Madrona, ¿Bien por las brithis Islands?). Hice noche en el aeropuerto, dónde me dio tiempo hasta para ver una película (muy buena por cierto, "Snowpiercer"), puesto que mi avión salía a las 6:30 de la mañana. Luego escala de nuevo en Suiza.

Selfie navideño en casa de mi colega y compañero de trabajo ruso Anton.

Con dos horas de adelanto respecto a España, al mediodía del 8 de enero estaba de vuelta en San Petersburgo. He aquí el quiz del título de esta entrada porque la Navidad rusa seguía en marcha. Esto es así cada año porque tienen un calendario navideño peculiar y diferente al nuestro, por lo que el periodo festivo se inicia con la entrada del nuevo año (la celebración más popular en Rusia) y finaliza el 11 de enero. La Iglesia ortodoxa rusa, recuperada del duro golpe que supuso para sus intereses la Unión Soviética, se rige por el calendario juliano, que se basa en el movimiento aparente del sol para medir el tiempo y es antecesor del gregoriano (Wikipedia dixit), establecido por los bolcheviques en la época Soviética en 1918 y que es el oficial de la Rusia de hoy así como en gran parte del mundo. Así pues, mientras que nosotros celebramos la Navidad la noche del veinticuatro al veinticinco de diciembre, en Rusia se celebra en la noche del seis al siete de enero. La comida, como en cualquier festejo ruso, es tan abundante que suele sobrar para varios días más. La rusa no es la única puesto que comparte esta peculiaridad con la Iglesia Ortodoxa de Jerusalén, Ucrania, Bielorrusia, Georgia y Serbia, así como los monasterios de Athos y los protestantes.

Mercado navideño invadiendo la Plaza Roja (Moscú).

Lo bueno de esto es que así podía satisfacer mi curiosidad de vivir un poco de la Navidad rusa, aparte de librar en el trabajo hasta la semana siguiente, claro. Para quienes se quejen del gasto de luz y la antelación del alumbrado navideño en España en este periodo de vacas flacas, en Moscú y San Petersburgo es igual en lo segundo y más recargado en lo primero. Bastante más. Realmente excesivo. Adornos y árboles de Navidad por todas partes. Pero el ambiente es bonito por ver a los niños tirándose bolas de nieve o madres o padres tirando de sus hijos de pequeños trineos, por ejemplo. Aunque algo cursis, también merece la pena darse una vuelta por los numerosos mercados navideños que se encuentran en ambas ciudades. También son curiosas las exposiciones de estatuas de hielo y espacios recreados como un cuento de Navidad o habilitados para patinar.

Para finalizar, por primera vez voy a introducir en este post algunas expresiones y vocabulario ruso que cuando venga al caso será lo habitual:

1) Рождество (Rasdiestvó=Navidad).
2) С Рождеством (S Rasdiestvóm=Feliz Navidad).
3) Дед Мoроз (Diéd Marós=Papa Noél ruso,  literalmente "Abuelo Frío").
4) Подарок (Padárak=Regalo).
5) Ёлка (Yólka=Árbol de Navidad).
6) Семья (Sim'yá=Familia).
7) C Новым Годом (Nóvim Gódam=Feliz año nuevo).



martes, 13 de enero de 2015

Crítica cinematográfica de enero: "El arca rusa"

Cualquiera que me conozca bien sabe de mi pasión incondicional por el séptimo arte. Es por eso que he decido que en este blog voy a publicar una crítica cinematográfica cada mes. Sin embargo, solo será sobre películas rusas por razones obvias. Esto viene a colación porque anoche vi "El arca rusa" (Alexander Sokurov, 2002) y la profunda emoción que me produjo me condujo a unas incontenibles ganas de escribir sobre este filme. He de confesar que ésta era la segunda vez que intentaba verla porque la primera me quedé durmiendo. Así que me la dejé a medias. Tal vez el exceso de consumo de bebidas espirituosas del día anterior tuviera algo que ver. Esto es importante porque la película bien merece ser disfrutada con la mente bien despejada y los ojos bien abiertos. A mí se me ha quedado grabada tanto en la memoria como la retina.

"El arca rusa" arranca con una voz en off que nos introduce en la escena. La única escena. Y he aquí lo más fascinante de todo porque la película se compone de un solo plano secuencia de principio a fin de 96 minutos, es decir, una solo toma sin corte entre planos alguno. Esto es algo a remarcar en la historia del cine porque es la única que esta rodada de tal manera. Habrá quien me pueda decir que ahora mismo hay una película en cartelera que puede disputarle tal honor, "Birdman" (Alejandro González Iñárritu, 2014), pero según he leído se trata de un falso plano secuencia. Y aquí de falso no hay nada.



Esta voz en off acompaña durante todo el metraje a un misterioso aristócrata francés del siglo XIX que no sabe en que lugar se encuentra y por qué de repente habla un fluido ruso. Más tarde descubrimos, él y nosotros, que está en el Palacio de Invierno en San Petersburgo. La cámara le sigue en un fascinante paseo por 33 de las muchas habitaciones de las que se compone el impresionante museo Hermitage (¡Al que, por cierto, al tener carné de estudiante ruso puedo ir siempre que quiera gratis!). En la película asistimos a una impagable lección de los 300 años de la historia de Rusia y de la antigua ciudad de Leningrado para lo que Sokurov necesito 2000 intérpretes, algunos de ellos personajes históricos como Catalina II o Nicolás II, y 3 orquestas tocando en directo. La dirección artística y el vestuario son de escándalo. Pura magia.

Estamos ante, por qué no decirlo, una obra maestra que es todo romanticismo. Nos descubre la idiosincrasia rusa, nos ayuda a entender su cultura y su manera de interpretar la vida y el mundo, además de emocionarnos con la belleza del arte que encierran las paredes de uno de los museos más famosos del planeta. Es un ejercicio cinematográfico muy ambicioso, incomparable, gigantesco y virtuoso con asombrosos resultados. Para mí una película de diez como el que le he colocado ipso facto en Filmaffinity. Cuando abandone Rusia y me entre la nostalgia no dudaré en recuperla.

Enlace de la película completa con subtítulos en inglés: 



domingo, 11 de enero de 2015

Добро пожаловать (dabró pazhálavat=bienvenidos)

Tarde pero todavía a tiempo, por fin me he decidido a crear un blog sobre mi experiencia en Rusia. Lo hago consciente de que debería haber aprovechado la oportunidad desde un principio, y más siendo un recién licenciado en Periodismo, pero entre unas cosas y otras no ha sido así.

Ya llevo más de tres meses en la maravillosa San Petersburgo (aunque con un parón navideño en casa), antigua Leningrado y Petrogado, ciudad de palacios, zares y bolcheviques, con una corta pero intensa historia de trescientos años. Estoy aquí realizando un European Volunteer Service (EVS), o lo que es lo mismo Servicio de Voluntariado Europeo traducido al castellano, algo de lo que supongo también tendré la oportunidad de hablar más adelante.

De momento la experiencia no puede ser más enriquecedora y fascinante en todos los niveles. Rusia, con sus pros y sus contras, es una tierra desconocida que en cuanto aterrizas en ella no deja de sorprenderte por múltiples motivos. Es un país con tremenda vitalidad que engloba a dos continentes divididos por los urales. Hay once zonas horarias. Infinidad de lagos, ríos, bosques, montañas y lugares que han sido abiertos a los viajeros solo en los últimos años. Por lo tanto la diversidad es enorme. Cada día hay algo por descubrir y ninguno es igual que el anterior. No sabes que aventuras te pueden esperar. Eso es lo mejor de vivir en el extranjero en general.

Por otra parte siento que formo parte de un proyecto que solo aporta beneficios a unas personitas muy especiales y no a la cuenta de corriente de unos pocos avariciosos. Días duros desde luego que los hay pero merece la pena el esfuerzo cuando estás realizando una labor tan bonita a pesar de todo. Bueno, ya os iré descubriendo poco a poco las singularidades de este vasto rincón del planeta y sobre mi función aquí.

No pretendo más que intentar que quien siga el blog se haga una mínima idea de lo que significa vivir aquí. Trataré de acercaros lo máximo posible a la cultura rusa y a sus costumbres, a la manera de pensar y de ver la vida del pueblo ruso. Incluso me gustaría enseñar de forma amena algo de vocabulario y expresiones básicas del idioma ruso (harto difícil, sí, exige mucha constancia y horas de estudio). Ya veremos si encuentro la fórmula idónea para hacerlo.

Obviamente, al pasar la mayor parte del tiempo en la ciudad que fue la capital del imperio ruso durante doscientos años, en la mayoría de posts que traten sobre mis experiencias personales tendrán lugar en San Petersburgo, una ciudad como un enorme museo al aire libre con muchos tesoros por descubrir para el visitante (¡venid!). No obstante, también estoy teniendo la oportunidad de conocer otros puntos de la geografía rusa e iré escribiendo sobre los viajes que están por llegar, incluso si son más allá de la frontera rusa, por qué no. También escribiré algo sobre los viajes que ya han tenido lugar, aunque sea a toro pasado.


Haciendo el mongol en la Plaza Roja (Moscú).

До встречи (da fstriéchi=hasta la próxima)!