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miércoles, 25 de marzo de 2015

Viaje a la Rusia auténtica: Pskov e Izborsk

Los rusos suelen decir  que Moscú y San Petersburgo no representan a la Rusia auténtica: son urbes enormes con un desarrollo y unas condiciones de vida y de trabajo muy distintas a las de la ciudades más pequeñas y los pueblos, sobre todo en el caso de la capital. Por eso es recomendable no limitarse a visitar las dos ciudades principales de Rusia para conocer la otra realidad del país más grande del mundo.

La organización para la que trabajo como voluntario, Perspektivy, había organizado un viaje a Pskov e Izborsk para todos los jóvenes que estamos aquí como yo. Ambas ciudades están al noroeste de Rusia, a 300 kilómetros de San Petersburgo y cerca de la frontera con  Estonia. El plan parecía interesante y allá que me fui con el resto de mis compañeros. 

Ya había estado en Pskov, cuyo nombre en ruso antiguo (Pleskóv) puede ser traducido como "la ciudad de los aguas puras" y tiene como principal atractivo un Kremlin de varios siglos de historia. Esto fue en octubre del año pasado a los pocos días de llegar a Rusia. Fue mi primera excursión fuera de Piter. La primera impresión al bajar del autobús fue que todo era mucho más acorde con la imagen que tenía en la cabeza del Este de Europa. El ambiente era más grisáceo y rural. Había camiones con grandes cantidades de sacos de patatas y gente que transportaba ese y otros alimentos con carretillas. Al fondo se divisaba un mercado y se escuchaba una música. Había de todo: flores, mermeladas, setas y hasta un señor vendía abejas muertas que nos aseguró que eran para mezclarlas con vodka y ellos derivaba en una supuesta bebida medicinal. Esto es Rusia. Cualquier cosa por muy loca que parezca no hay que descartarla. 

Izborsk es una localidad muy pequeña situada en el Óblast de Pskov a 30 kilómetros del centro administrativo. Su punto fuerte es su fortaleza, una de las más antiguas e impresionantes de la Rusia Occidental. A los pies de la Fortaleza hay un lago y un manantial al que acude gente a llevarse un agua muy saludable. Y pescadores también, por supuesto. Aquí además tuve la fortuna de probar por primera vez la мёдовуха (Miodabúja), una cerveza con miel que está buenísima. 

La gente en este tipo de localidades parece más sencilla y más humilde que en las dos mega ciudades de Rusia. No están muy habituados a ver personas extranjeras y se nota por donde pasas. Pero el trato es agradable. En este país hay de todo tipo de personas como en todos los lados, pero el ruso en esencia es un pueblo hospitalario y generoso porque los padres educan a los hijos para que así sea. En general tienen buen corazón aunque las primeras impresiones puedan llevar a equívocos. Y es que nunca se puede juzgar a las personas de otros sitios según las reglas y las normas sociales y de comportamiento de tu país. No hay que quedarse con el "como son" sino tratar de averiguar "por qué son así". 

Estas son algunas de las imágenes de estos dos lugares:

Pskov


















Izborsk 

















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