La trama se sitúa en una remota isla prácticamente desierta del mar Blanco (aunque rodada en un golfo del mar de Barents, como la famosa "Leviatán") en la que hay una comunidad pequeña de monjes ortodoxos. Apartado de sus compañeros vive un excéntrico místico, Anatoli, cuya fama de poderes milagrosos hace que gente de poblaciones cercanas se acerquen a este Hipólito y frío lugar a suplicar su ayuda. Lo que desconocen todas esas personas que recurren a él para que solucione sus graves problemas, entre ellas una chica supuestamente bajo una posesión diabólica, es que este ex marinero vive fuertemente atormentado por un cruel acto de barbarie que cometió en plena II Guerra Mundial cuando fue capturado por los nazis.
Así pues, el tema principal de la película es el tormentoso y perturbador desasosiego de un hombre que es incapaz de librarse de su terrible pecado. Después de su imperdonable acto en su juventud lleva décadas viviendo en condiciones pobres y miserables luchando consigo mismo en la búsqueda de su redención. Tal es su sentimiento de culpa que en vez de vanagloriarse por la admiración y envidia que causa su presunta santidad suele hacerse pasar por otro monje.
La ambientación, los planos, la música, el guión, la historia; todo es realmente prodigioso y de una calidad fuera de lo común. Pero si algo destaca por encima de todo es el papel protagonista de Pyotr Mamonov, un actor que goza de mucha admiración y cariño en Rusia tras su espectacular trabajo en esta obra. Verle hacer el cafre, dar gritos, saltar, cantar, llorar o reír cuando menos te lo esperas es un auténtico regalo. Para quitarse el sombrero. De hecho esto marca uno de los pocos puntos débiles de la cinta: el resto del reparto está a años luz del nivelado de Mamonov, aunque como él es quien lleva todo el peso del desarrollo tal vez no importe mucho.
Recomiendo dejar de lado la pereza que comprensiblemente puede dar ponerse a ver una película que indaga sobre las cuestiones de la fe. Es tan recomendable para el creyende como para el convencido ateo. Además, lejos de lo habitual en este tipo de películas el ritmo no es para nada lento y pesado. Para el recuerdo quedan varias escenas asombrosas. Es una experiencia muy gratificante.
Dejo el enlace de la película en VOSE: